Hoy cierro un capítulo, no porque realmente quiera sino porque siento que es lo más sano y necesario en este instante. Siento que te has alejado de mi, de nosotros, del grupo con el que compartíamos. No te culpo, ni me molesto, sólo siento que es algo que tiene que pasar. Percibo también que tu actitud cambió bruscamente y no entiendo por qué, pienso que tal vez fui (tanto como amiga o como algo más) alguien con quien pasar en momento de transición, alguien con quien estar mientras la tormenta se va y vuelve la calma.
No tengo problema alguno con eso. Una vez leí que hay gente que llega a tu vida y se queda por siempre, otros sólo están un momento tan corto que ni notas su presencia y algunos se quedan por un período de tiempo lo suficientemente largo como para dejar huella. Para mí fuiste lo último y por eso te digo que en mí dejaste huella, aprendí muchísimo y por eso te doy gracias.
!Gracias!,Gracias por compartir tantas cosas conmigo; cosas que sé que no compartes con todo el mundo... Esos momentos en los que te equilibrabas, en los que drenabas y aquellas veces donde cantabas a todo pulmón.
Gracias por tu apoyo, por tu risa, por tu confianza, por las conversaciones infinitas hasta la madrugada, por las salidas, los abrazos, los besos y todo lo que pude aprender de tí... En fin gracias por tu presencia en mi camino.
No te digo que esto es una despedida, porque si en algún momento decides volver a confiar y querer mi amistad no te la negaré, las puertas de mi vida están abiertas, pero sería otra página del libro... Una página en blanco que podrá llenarse, sólo si tu lo quieres así.
